El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió el viernes ante la ONU que seguirá atacando a Hezbolá en Líbano, poco antes de que el ejército israelí informara que bombardeó el cuartel general de la organización islamista en los suburbios de Beirut.
Poco después del final de su discurso, el ejército israelí anunció nuevos bombardeos contra Hezbolá en el sur de Líbano y un “bombardeo de precisión” en el “cuartel general” de la formación en la periferia sur de Beirut.
Según la televisión israelí, el blanco de estos ataques era el líder del movimiento, Hasan Nasralá. Una fuente cercana al movimiento islamista afín a Irán afirmó que Nasralá se encuentra “bien”.
El bombardeo dejó seis edificios totalmente destruidos en el sector, afirmó la misma fuente.
En un discurso ante la Asamblea General de la ONU, en Nueva York, que fue boicoteado por varias delegaciones, Netanyahu afirmó que “Israel no tiene otra opción” y continuará sus operaciones contra Hezbolá hasta que “todos” los objetivos sean alcanzados.
Sus declaraciones se producen en el quinto día de mortíferos bombardeos israelíes contra el movimiento islamista proiraní Hezbolá, que volvió a disparar cohetes contra el territorio israelí.
Las palabras de Netanyahu entierran la esperanza de una tregua temporal de 21 días propuesta el miércoles por Francia y Estados Unidos, apoyada también por varios países occidentales y árabes.
Desde lunes, más de 700 personas, en su mayoría civiles, han muerto en Líbano por los bombardeos israelíes contra Hezbolá, aliado del movimiento palestino Hamás, según el Ministerio de Salud libanés.
Se trata del periodo más mortífero en “una generación” en Líbano, advirtió el viernes la ONU.
Los bombardeos israelíes esta semana obligaron a unas 118.000 personas a abandonar sus hogares, según la ONU.
Unicef denunció el “ritmo espantoso” al que mueren los niños en los bombardeos, así como daños en las instalaciones civiles, que privan a “30.000 personas de acceso a agua potable” en el este y el sur de Líbano.
Una eventual operación terrestre contra Hezbolá será “lo más corta posible”, aseguró el viernes un responsable israelí de Seguridad, después de que el jefe del Estado Mayor, el general Herzi Halevi, instara el miércoles a los soldados a prepararse para una posible incursión terrestre.
Líbano denuncia una “guerra genocida”
El primer ministro libanés, Najib Mikati, instó a la comunidad internacional a impedir que Israel emprenda una “guerra genocida” contra su país.
Hezbolá abrió un frente contra Israel en solidaridad con Hamás, blanco de una ofensiva israelí en la Franja de Gaza desde el ataque de sus milicianos en el sur de Israel el 7 de octubre.
En casi un año de violencia, más de 1.500 personas han muerto en Líbano, según las autoridades libanesas, un balance que supera al de la guerra de 2006 entre Israel y Hezbolá, que dejó 1.200 muertos en Líbano y unos 160 en Israel.
Los bombardeos israelíes esta semana obligaron a unas 118.000 personas a abandonar sus hogares, según la ONU.
Hezbolá ya advirtió que continuará sus ataques “hasta el final de la agresión en Gaza”.
El movimiento chiita reivindicó el viernes disparos contra Israel, en el sector de Kyriat Ata, en la ciudad portuaria de Haifa, que alberga numerosas industrias, en especial de defensa, y en la ciudad de Tiberíades, en el norte.
El ejército israelí indicó que interceptó cuatro drones disparados desde Líbano hacia la zona fronteriza de Rosh Hanikra y que respondió al lanzamiento de un cohete hacia Haifa.
“Guerra devastadora”
A mediados de septiembre, Israel anunció que el “centro de gravedad” de la guerra contra Hamás se estaba desplazando hacia la frontera con Líbano.
Su meta, según afirmó, es asegurar el regreso a sus hogares de decenas de miles de habitantes del norte, desplazados por las hostilidades con Hezbolá.
El secretario estadounidense de Defensa, Lloyd Austin, advirtió el jueves sobre una “guerra total” que “sería devastadora para Israel y Líbano”, y estimó que un alto el fuego podría además conducir a un acuerdo de tregua en Gaza.
Pero, pese a las labores de mediación de los últimos meses, un alto el fuego en Gaza parece difícil de alcanzar.
En Gaza “lucharemos hasta lograr la victoria, la victoria total” si Hamás no entrega las armas y libera a todos los rehenes, insistió Netanyahu ante la tribuna de la ONU. Poco después, su despacho anunció que el primer ministro recortará su estadía en Estados Unidos y volverá a Israel.
El conflicto entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza estalló con el ataque de los milicianos islamistas del 7 de octubre, que dejó 1.205 muertos en Israel, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP basado en cifras oficiales israelíes que incluye a los rehenes que murieron o fueron asesinados en cautiverio en Gaza.
De las 251 personas secuestradas, 97 siguen en Gaza, 33 de las cuales han sido declaradas muertas por el ejército.
En represalia, Israel lanzó una ofensiva en la Franja de Gaza que ha dejado hasta el momento 41.534 muertos, la mayoría civiles, según datos del Ministerio de Salud del gobierno de Hamás, considerados fiables por la ONU.