El pasado lunes en Francia, dio inicio el juicio de un caso de violación sin precedentes, que duró una década.
Dominique Pelicot conoció a Gisele en 1971, formando una familia con tres hijos. La vida del matrimonio parecía transcurrir con normalidad hasta que esa fachada se rompió
Las agresiones tuvieron lugar entre julio de 2011 y octubre de 2020, principalmente en el domicilio de la pareja en Mazan, un pueblo de 6 mil habitantes en la región meridional de Provenza.
Pelicot, un jubilado de 71 años, drogaba a su pareja con ansiolíticos y luego reclutaba a decenas de extraños entre los 26 y los 74 años, en grupos de páginas para adultos, con quien concertaba citas para que acudieran a su vivienda a violarla, mientras grababa los abusos.
El agresor documentó las violaciones
El sujeto que llevaba una dobla vida, documentó los abusos a su esposa, con meticulosa y macabra precisión, lo que permitió a la policía francesa localizar a más de 50 hombres sospechosos de abusarla sexualmente mientras estaba drogada.
Dominique había catalogado meticulosamente cada archivo con fechas, nombres o apodos, y títulos pornográficos, transformando su hogar en una prisión de la que Gisele no tenía conocimiento.
¿Cómo se dieron cuenta?
En septiembre de 2020, un guardia de seguridad en un centro comercial de Carpentras, en el sur de Francia, sorprendió a Dominique Pelicot mientras intentaba filmar por debajo de las faldas de varias mujeres.
Esta acción generó una denuncia en contra del sujeto, dando pie a que la policía desarrollara una investigación en su contra. Fue entonces cuando encontraron en sus dispositivos electrónicos, una carpeta llamada “Abusos” con cientos de evidencias audiovisuales, mostrando los abusos sistemáticos en contra de una misma mujer.
La víctima, era su esposa, quien no daba crédito a lo que los oficiales e investigadores le daban a conocer.
Gisele no comprendía los quebrantos de salud
Gisele acudió al médico en varias ocasiones debido a sus lagunas mentales que padecía principalmente en horario nocturno, sumado a fuertes dolores de cuerpo y en ocasiones a enfermedades de transmisión sexual que en algunas ocasiones sufrió. Sin embargo, todos los profesionales de la salud, concluían en que Gisele comenzaba a padecer de episodios de Alzheimer, pero ella estaba convencida de que no se trataba de eso, ya que el resto del día tenía una lucidez formidable, con excepción de horarios nocturnos.
Sus propios hijos, sin saber el horror que su madre vivía bajo el infierno que su padre la sometía, también creían que se trataba del inicio de una demencia senil, especialmente por su edad.
Los agresores
Aparte del marido, solo 50 sospechosos, de entre 26 y 74 años, han sido identificados y localizados hasta ahora.
La mayoría de ellos se enfrentan a penas de hasta 20 años de cárcel por violación con agravantes si son declarados culpables.
Dieciocho de los 51 acusados, incluido Dominique Pelicot, se encuentran en prisión preventiva, mientras que otros 32 acusados asisten al juicio en libertad. Un último involucrado, aún en libertad, será juzgado en rebeldía.
Los investigadores identificaron inicialmente a 54 sospechosos, pero uno ha fallecido desde entonces y otros dos han sido excluidos por falta de pruebas.
En su mayoría, los acusados han dado a conocer, que en ningún momento violaron a la víctima, ya que era el esposo que la ofrecía en redes para adultos, por lo que consideraron que era con el consentimiento de ella o que se trataba de fantasías sexuales en pareja.
Por su parte Dominique Pelicot asegura haber advertido a los agresores sexuales, entre quienes se encuentran, periodistas, psicólogos, ingenieros, médicos, bomberos y otras decenas de profesiones, quienes aparentemente viven una vida “normal” con familias.
El jubilado enfatiza que siempre hizo del conocimiento de los violadores, que su esposa estaba sedada contra su voluntad, por lo que les pedía no oler a perfume ni cigarro, además de calentarse las manos antes de tocarla y que desvistieran y vistieran en la cocina para evitar despertarla.
El juicio
El proceso judicial será público para que “sirva a una causa más grande y que ninguna mujer vuelva a sufrir una sumisión química”, ha expresado la víctima, quien asegura que este hecho es principalmente para que la vergüenza cambie de bando y se conozcan los nombres y rostros de decenas de hombres que fingen una vida normal, cuando en realidad son unos monstruos.
De acuerdo con autoridades policiales, Gisele Pelicot, que tiene ahora 71 años, fue violada decenas de veces entre 2011 y 2020 por decenas de hombres con los que su marido, algo que la devastó, luego de conocer las barbaries que se cometieron en su contra, orquestadas por el hombre que amaba y en quien más confiaba.
Este juicio, que se extenderá durante cuatro meses, no solo busca determinar la culpabilidad de estos hombres en los 92 actos de violación registrados durante el proceso de investigación, sino que también expone la monstruosidad oculta detrás de la aparente normalidad de un matrimonio de larga duración.
Otros crímenes
El proceso judicial también ha desenterrado episodios aún más siniestros del pasado de Dominique Pelicot.
Durante la investigación, la incorporación de su ADN en los ficheros judiciales lo vinculó con crímenes no resueltos en la región de París. En 1991, una joven de 23 años fue violada y asesinada, y en 1999, otra mujer de 19 años sobrevivió a un intento de violación en Villeparisis, un pequeño pueblo a las afueras de la capital francesa. Pelicot, quien había negado su implicación en estos crímenes, se encuentra ahora bajo un escrutinio más intenso, mientras el juicio en Aviñón avanza.
Estos descubrimientos añaden una nueva dimensión a la ya perturbadora historia de Dominique Pelicot. No es solo el perpetrador de una red de violaciones sistemáticas, sino también un posible asesino y violador en serie, lo que subraya la magnitud de la amenaza que representó durante décadas.