El papa Francisco fue enterrado este sábado en la basílica de Santa María la Mayor de Roma, tras un multitudinario adiós al pontífice que puso a los desfavorecidos en el corazón de la Iglesia católica.

Al menos 400.000 personas asistieron a la jornada de despedida en las calles de la capital italiana y en la plaza de San Pedro del Vaticano y sus alrededores, donde tuvo lugar la misa funeral.

Su inhumación se celebró en cambio en la intimidad, en presencia de familiares del primer papa latinoamericano.
Su tumba es fiel a la imagen de sencillez que se labró: de mármol procedente de la zona del norte de Italia de donde era originaria su familia y con “Franciscus” como única inscripción.
El público podrá visitarla a partir del domingo.
Papa “de los marginados”
Ante decenas de dignatarios mundiales como Donald Trump, el cardenal decano Giovanni Battista Re destacó sus “innumerables” esfuerzos en defensa de migrantes y refugiados, del Mediterráneo a México.
“Fue un papá en medio de la gente con el corazón abierto hacia todos” y prestó “especial atención” a “los últimos de la tierra, los marginados”, subrayó el purpurado durante la homilía.
Otra de las luchas del “santo padre” también resonó con fuerza en la plaza, cuando Estados Unidos intenta lograr un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania, en guerra desde febrero de 2022.
“Elevó incesantemente su voz implorando la paz e invitando a la sensatez, a la negociación honesta para encontrar soluciones posibles” a las guerras, agregó Re, entre aplausos del público.

Gratitud
El fervor popular por el jesuita argentino llevó a que muchos fieles llegaran de madrugada para asegurarse un buen puesto en el funeral.
Entre el público también se encontraba el australiano Julian Assange, fundador de WikiLeaks, acompañado de su familia para expresar su “gratitud” por el “apoyo del papá durante [su] persecución”, según su mujer, Stella.
Durante tres días de capilla ardiente, 250.000 personas ya habían rendido tributo al pontífice argentino, algunas esperando incluso hasta altas horas de la madrugada.

Decenas de presidentes, monarcas y primeros ministros también viajaron a Italia para su despedida, entre ellos el argentino Javier Milei, el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y los reyes de España, Felipe VI y Letizia.
El líder de 1.400 millones de católicos en el mundo falleció el 21 de abril a los 88 años por un ictus, casi un mes después de salir de una larga hospitalización por una neumonía bilateral.
Veladas en Argentina
Los homenajes también se producen en otros lugares del mundo como en Tailandia y su Argentina natal, que nunca pisó como papá. Su última morada quedará además a 11.000 km de su barrio natal de Flores.
Frente a la catedral de Buenos Aires, en la plaza de Mayo, un centenar de jóvenes organizan una vigilia con canciones y velas hasta el inicio del funeral, a las cinco de la madrugada.
El evento sirve “para reivindicar el legado del papá, para transformar la tristeza que nos dejó su partida en un faro de esperanza”, dijo a la AFP Iara Amado, una trabajadora social de 25 años.
“Sean valientes. No tengan miedo a llorar (…) El dolor nos une como pueblo”, dijo el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, durante una misa por el papa ante varias millas de personas.
Jorge Mario Bergoglio era cardenal y arzobispo de Buenos Aires, cuando el 13 de marzo de 2013 fue elegido sumo pontífice. Su nombre papal lo escogió en homenaje a San Francisco de Asís, el santo de los pobres.