Las cárceles guatemaltecas, durante años señaladas como epicentros de actividades ilícitas como extorsiones y narcotráfico, están en el centro de una transformación sin precedentes. Desde el inicio de la gestión del Ministerio de Gobernación en enero de 2024, el gobierno ha desplegado una estrategia integral para recuperar el control de los centros de privación de libertad, priorizando la seguridad, la modernización y la eliminación de privilegios para los reclusos.
El plan comenzó con un diagnóstico exhaustivo de la situación carcelaria, que incluyó requisas minuciosas y estudios profundos para identificar las redes criminales que operan desde el interior de las prisiones. Estas operaciones, lejos de ser meros procedimientos rutinarios, se diseñaron para desmantelar las estructuras delictivas responsables de actividades ilícitas, un problema que ha afectado al país durante décadas.
Uno de los hitos de esta estrategia es la renovación total del Centro de Detención para Hombres “Renovación I”, ubicado en Escuintla. Este recinto, que ahora alberga a reclusos vinculados a pandillas, extorsiones y narcotráfico, fue reconstruido desde cero. Las obras incluyeron la demolición de muros, la reorganización de las áreas de reclusión y la creación de una nueva zona administrativa que separa al personal penitenciario de la población carcelaria, mejorando la seguridad y el control.
Además, el centro cuenta con escáneres de última generación y protocolos de ingreso actualizados para prevenir la entrada de objetos prohibidos, como armas, drogas o teléfonos móviles. “Este es un verdadero centro de privación de libertad, donde se cumple la condena sin privilegios ni impunidad”, afirmó el Ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, durante la inauguración del renovado recinto. Las autoridades planean replicar este modelo en otros centros carcelarios del país.
Un enfoque integral contra el crimen
La estrategia va más allá de la infraestructura. Entre sus objetivos principales están la eliminación de delitos cometidos desde las cárceles, el desmantelamiento del control del crimen organizado y la reducción de extorsiones, tanto dentro como fuera de los centros penitenciarios. Para lograrlo, el Viceministerio encargado de la prevención del delito ha desarrollado programas que abordan las causas de la violencia, promoviendo el respeto a los derechos humanos y el bien común.
El plan también contempla la construcción de nuevos centros de cumplimiento de condena para aliviar el hacinamiento, un problema crónico en el sistema penitenciario guatemalteco. Según el Ministerio de Gobernación, estos proyectos ya registran avances administrativos y operativos, aunque no se han detallado plazos específicos para su finalización.
Un paso hacia la seguridad ciudadana
La modernización de las cárceles es vista como un componente clave para fortalecer la seguridad ciudadana y combatir las extorsiones y la violencia ligada al crimen organizado. Al recuperar el control de los centros de detención, el gobierno busca enviar un mensaje claro: las prisiones dejarán de ser bastiones de impunidad para convertirse en espacios de cumplimiento estricto de la ley.
Con estas medidas, el Ministerio de Gobernación no solo responde a una demanda histórica de la población, sino que también establece un precedente para futuras administraciones en la lucha contra el crimen desde uno de sus puntos más críticos: el sistema carcelario.