El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó el domingo intensificar los operativos migratorios en varias ciudades gobernadas por demócratas, entre ellas Los Ángeles, Chicago y Nueva York, en un intento por lograr “el mayor programa de deportación masiva de la historia”.
El magnate republicano puso como prioridad la deportación de personas indocumentadas en su segundo mandato, después de haber realizado una campaña contra lo que calificó como una “invasión” de criminales en Estados Unidos.
“Tenemos que ampliar los esfuerzos para detener y deportar a extranjeros ilegales en las mayores ciudades de Estados Unidos, como Los Ángeles, Chicago y Nueva York, donde viven millones y millones de extranjeros ilegales”, escribió este domingo Trump en su red Truth Social.
“Estas y otras ciudades similares son el núcleo del centro del poder demócrata”, afirmó el presidente, en referencia a una desacreditada teoría de conspiración de la ultraderecha según la cual migrantes irregulares votan en las elecciones estadounidenses en cantidades significativas.
Las recientes redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Los Ángeles detonaron una serie de protestas en su mayoría pacíficas, aunque en algunos momentos se han producido actos violentos esporádicos.
Trump respondió con el despliegue de 4.000 guardias nacionales y 700 marines contra la voluntad de las autoridades locales y estatales.

California inició medidas legales para retomar el control de los guardias, con el argumento de que el mandatario se extralimitó en sus funciones. La demanda está siendo procesada en una corte federal.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, dijo el domingo que el toque de queda nocturno impuesto la semana pasada para detener los actos de vandalismo durante las protestas se prolongaría “un par de días más”.
Describió el miedo y la ira que se han apoderado de la segunda ciudad de Estados Unidos, con una gran población latina, a raíz de las redadas contra los migrantes.
“La gente tiene miedo de salir de sus casas” afirmó. “Esto es Estados Unidos. No se supone que tengas que mostrar tus documentos si sales a la calle”, dijo.
Los Ángeles estuvo en calma en su mayor parte el domingo, noveno día de protestas, con solo un puñado de manifestantes marchando frente al Ayuntamiento antes del toque de queda.

“Hagan el trabajo”
El sábado, cientos de miles de personas se manifestaron en varias ciudades estadounidenses, en el marco de una movilización que los organizadores bautizaron “Sin reyes” para “rechazar el autoritarismo, la política de los multimillonarios y la militarización” de la democracia en el mandato de Trump.
Fue la mayor protesta en el país desde que el magnate regresó a la presidencia en enero pasado.
El expresidente Barack Obama se sumó a las críticas de la oposición contra la campaña de deportación de Trump en su cuenta en X.
“Familias con orígenes similares que solo quieren vivir, trabajar y apoyar a sus comunidades están siendo demonizadas y tratadas como enemigas,” escribió el exmandatario demócrata.
“Podemos arreglar nuestro fallido sistema de inmigración mientras seguimos reconociendo nuestra humanidad común y tratándonos unos a otros con dignidad y respeto”, agregó.

Mientras, Donald Trump continuó con su duro discurso contra los migrantes en el largo mensaje en Truth Social donde denunció que “cada día los valientes hombres y mujeres del ICE son objeto de violencia, acoso e incluso amenazas de políticos radicales demócratas”.
“Nada nos detendrá de ejecutar nuestra misión. (…) Por la presente se ordena a los oficiales del ICE (…) hacer todo lo que esté en su poder para lograr la importante meta de realizar el mayor programa de deportación masiva en la historia”.
El presidente dijo que “los demócratas de la izquierda radical están enfermos de la cabeza, odian nuestro país y en realidad quieren destruir nuestras ciudades. Y están haciendo un buen trabajo en ello!”.
Por esta razón, entre otras, quiere que el ICE y otras fuerzas del orden “se concentren” en “centros urbanos, plagados de delincuencia y muerte”.
En una doble apuesta de su discurso antimigrantes, Trump pareció comparar la migración hacia Estados Unidos con armas de destrucción masiva.
Y aseguró que orientó a todo su gobierno a “poner cada recurso posible detrás de este esfuerzo, y revertir la marea de Destrucción Masiva de Migración que ha convertido a pueblos antaño idílicos en escenarios de la Distopia del Tercer Mundo”.
“Al ICE, FBI, DEA … a los patriotas en el Pentágono y el Departamento de Estado, tienen mi apoyo inquebrantable. Ahora vayan… ¡y hagan el trabajo!”.