El expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández, quien dirigió esa nación desde el 2014 al 2022, fue condenado este miércoles a 45 años de cárcel y cinco más de libertad vigilada por un tribunal de Nueva York, por varios delitos relacionados con el narcotráfico y el uso de armas, evitando así la cadena perpetua que solicitaba la Fiscalía.
El mandatario también deberá pagar una multa de 8 millones de dólares, que en las próximas dos semanas su abogado deberá informar cómo será abonada, mientras que la Justicia dispone de una ventana de 120 días para anunciar en que cárcel cumplirá su condena.
Antecedentes
En marzo de este 2024, el tribunal de Nueva York ya lo había encontrado culpable de tres cargos de tráfico de drogas y armas hacia Estados Unidos, actos que ocurrieron durante su años al frente de la nación centroamericana.
La Fiscalía había solicitado la cadena perpetua mientras su defensa apelaba a unos 40 años.
Este miércoles, el ex mandatario se presentó en la sede donde finalizaría el proceso en su contra, vestido con una camisa de color beige y sosteniéndose con la ayuda de un bastón. Una vez dentro de la sala, pronunció unas breves últimas palabras en las que insistió en su inocencia y denunció nuevamente que el juicio había estado plagado de errores e injusticias.
“Lo más seguro es que esté preso de por vida”, una decisión “injusta e indebida”, dijo ante los magistrados
Previo a dar a conocer la decisión final, el juez Kevin Castel le dijo que era “un hombre de dos caras”, una con la que proclamaba su compromiso contra el narcotráfico y, la segunda, con la que facilitó el ingreso del equivalente a diez millones de dólares en droga.

Hernández está acusado de haber convertido a Honduras en una de las principales rutas por las que ingresaba droga en Estados Unidos durante su mandato (2014-2022) por medio de una “conspiración corrupta y violenta”. Se estima que, gracias a ella, consiguió la importación de cientos de miles de kilogramos de cocaína a territorio estadounidense.
Vinculaciones con el narcotráfico
Narcotraficantes que testificaron en su contra en el desarrollo del juicio, aseguraron que el ex mandatario había aceptado dinero de carteles de drogas para llegar a la presidencia. Entre estos, un millón de dólares de parte del cártel de Sinaloa, el cual estaba estaba dirigido en ese entonces por Joaquín “el Chapo” Guzmán.
Investigaciones confirmaron que aprovechó recursos del Estado para proteger los cargamentos de estas sustancias ilegales que llegaban al país desde Sudamérica y continuaban su ruta hasta México para finalmente, llegar a su destino final, Estados Unidos.
Por su parte el expresidente aseguró que tales declaraciones eran una venganza por la persecución contra los narcotraficantes, que lanzó durante su gobierno, asegurando que durante su gobierno se dedicó incansablemente a luchar contra el narcotráfico.