
El jesuita argentino, pese a que ya no lleva una cánula con oxígeno, tuvo que recurrir a un colaborador, que leyó su mensaje, en el que repasó los conflictos en el mundo.
Francisco denunció “la dramática e indigna crisis humanitaria” en Gaza y pidió un cese el fuego, y expresó su preocupación por “el creciente clima de antisemitismo que se está difundiendo por todo el mundo”.
También defendió la libertad religiosa y la libertad de pensamiento y afirmó que sin respeto, “la paz no es posible”.
Después, recorrió por sorpresa la Plaza de San Pedro en el papamóvil y bendijo a algunos bebés.
Un poco antes, el papa recibió al vicepresidente de Estados Unidos JD Vance, en un “encuentro privado” de “unos minutos”, dos meses después de que Francisco criticó la política migratoria del gobierno de Donald Trump.
Por primera vez desde que fue elegido en 2013, el líder espiritual de 1.400 millones de católicos faltó a la mayoría de las celebraciones de la Semana Santa, como el Vía Crucis cerca del Coliseo el viernes y la vigilia pascual del sábado por la noche.
Sin embargo, el sábado, poco antes de la vigilia, hizo una breve aparición pública en la basílica de San Pedro para rezar frente a la imagen de la Virgen y luego saludó a varios fieles y repartió golosinas entre los niños.

La misa de Pascua, que conmemora la resurrección de Cristo, comenzó a las 08H30 GMT en la plaza de San Pedro, decorada con millas de flores holandesas, en presencia de 300 párrocos, obispos y cardenales y estuvo presidida por el cardenal italiano Angelo Comastri.
“Queremos verlo”
Los organizadores esperaban una gran afluencia debido al Jubileo 2025, “Año Santo” de la Iglesia católica, que tiene lugar cada 25 años.
Unas 35.000 personas se congregaron el domingo, con la expectativa de poder ver al papá.
El sábado por la noche, el cardenal italiano Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, presidió la vigilia pascual a la luz de millas de cirios que iluminaron los alrededores de la basílica de San Pedro.
Antes de este domingo, la única actividad pública por la Semana Santa a la que asistió Jorge Bergoglio fue la visita a una prisión del centro de Roma, el jueves, donde se reunió con unos 70 reos.
Ya debilitado por problemas de salud y varias intervenciones quirúrgicas, Francisco estuvo al borde de la muerte dos veces durante su último ingreso, de 38 días, en el hospital Gemelli, de donde salió el 23 de marzo.
En sus últimas apariciones públicas ya no lleva cánulas nasales para el oxígeno, lo que indica que su salud va mejorando gracias a la rehabilitación.
Algo inusual, los cristianos de todo el mundo celebran este año la Pascua el mismo día, al concordar los calendarios gregoriano — que siguen católicos y protestantes — y juliano, que siguen los ortodoxos