El sábado entró vigor en Estados Unidos un impuesto a las importaciones universal del 10%. El miércoles los impuestos a las importaciones provenientes de algunos países, como los miembros de la Unión Europea (20%) y China (34%), aumentarán, según anunció Trump el 2 de abril.
Este anuncio provocó el desplome de los mercados de todo el mundo. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, declaró a la NBC:
“Más de 50 países se han puesto en contacto con el gobierno para reducir los aranceles y poner fin a la manipulación de sus divisas”.
“Vamos a ver si lo que tienen que proponer es creíble, porque después de 20, 30, 40 o 50 años de mal comportamiento, no se puede empezar de cero”.
China respondió de inmediato a los impuestos a sus productos con medidas similares contra Estados Unidos. En cambio, los líderes europeos intensificaron sus contactos durante el fin de semana antes de que, el lunes, se reúnan los ministros de Comercio de la UE para acordar la respuesta del bloque.
“El mundo tal y como lo conocíamos ha desaparecido”, predijo el primer ministro británico, Keir Starmer, ante este cambio en el comercio internacional.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, tiene previsto reunirse este lunes con Trump en Washington para tratar, entre otros asuntos, el nuevo impuesto aduanero del 17% que Estados Unidos planea imponer a su gran aliado Israel.

Poca apertura
Pero el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, advirtió el domingo en la cadena CBS que los nuevos aranceles que entrarán en vigor el 9 de abril no estarán sujetos a posibles negociaciones.
“No habrá aplazamiento”, insistió Lutnick.
“Las reglas no están equilibradas y el presidente Trump lo va a arreglar”.
Además, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, indicó:
“Este no es el tipo de cosas que se pueden negociar en unos pocos días o unas pocas semanas”.
Los países que buscan una salida negociada a la guerra comercial de Trump lo hacen porque consideran que sus economías “van a sufrir gran parte” de las consecuencias de los aranceles, dijo el domingo en ABC el principal asesor económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett.
El director del Consejo Económico Nacional vaticinó que no habrá “un efecto importante sobre los consumidores en Estados Unidos”.
La mayoría de los economistas prevén, en cambio, un aumento de la inflación y un frenazo de la economía en Estados Unidos como consecuencia de los aranceles.
Aunque Hassett reconoció que puede haber una subida de precios, demostró que las proteccionistas de Trump son una forma de defender a los trabajadores estadounidenses de la competencia medidas desleal.
Consultado sobre por qué Rusia no estaba en la lista de países afectados por los aranceles, el asesor dijo que Trump quería evitar incluirla por las tratativas para un posible final del conflicto en Ucrania.
“Esto no significa que Rusia vaya a ser tratada de forma muy diferente a todos los demás países durante mucho tiempo”, añadió.
