La directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, renunció en medio de la creciente presión de los legisladores de los dos principales partidos políticos después de que su agencia fracasara en su misión de proteger al expresidente Donald Trump.
Cheatle, jefa del Servicio Secreto desde agosto de 2022, enfrentaba crecientes pedidos de dimisión y varias investigaciones sobre cómo el agresor pudo acercarse tanto al candidato presidencial republicano en un mitin de campaña al aire libre en Pensilvania.
Tras comparecer ante la Cámara de Representantes por el atentado, y asumir la responsabilidad de la falla de seguridad, renunció a su cargo, pese a su negativa a retirarse.
“Asumo toda la responsabilidad por la falla de seguridad”, dijo en el correo electrónico al personal el martes. “A la luz de los acontecimientos recientes, he tomado con gran pesar la difícil decisión de dejar el cargo de directora”.

La directora del Servicio Secreto dijo el lunes que el intento de asesinato del expresidente Donald Trump fue el “fallo operativo más significativo” de la agencia en décadas.
“El 13 de julio fracasamos”, expresó Kimberly Cheatle ante la Comisión de Supervisión de la Cámara de Representantes, donde la funcionaria asumió toda la responsabilidad por los errores de la agencia relacionados con el ataque en el mitin de Trump en Pensilvania.
Reacción de legisladores
Los legisladores expresaron su enojo por cómo el atacante pudo acercarse tanto al candidato presidencial republicano cuando se suponía que debía estar cuidadosamente vigilado. El Servicio Secreto ha reconocido que años antes rechazó algunas solicitudes de la campaña de Trump para aumentar la seguridad en sus eventos.

El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, calificó lo ocurrido como un “fracaso”, mientras que varios legisladores pidieron la dimisión de Cheatle. El Servicio Secreto ha dicho que ella tenía intención de dimitir y, hasta el momento, conservaba el apoyo del presidente Joe Biden y de Mayorkas.
El ataque a Trump fue el intento más grave de asesinar a un presidente o candidato presidencial desde que le dispararon a Ronald Reagan en 1981. Fue la más reciente de una serie de fallas de seguridad de la agencia que ha generado investigaciones y escrutinio público a lo largo de los años.

Las autoridades han estado buscando pistas sobre lo que motivó a Thomas Mattew Crooks de 21 años, pero hasta ahora no han encontrado ninguna inclinación ideológica que pueda ayudar a explicar sus acciones. Los investigadores que registraron su teléfono encontraron fotos de Trump, Biden y otros altos funcionarios del gobierno, y también descubrieron que había buscado las fechas de la Convención Nacional Demócrata, así como las apariciones de Trump.