El 20 de enero el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, tomará posesión como mandatario, lo cual incluye también el cambio de mando de la primera dama. Jill Biden y Melania Trump, tendrán roles importantes en la preparación de la Casa Blanca durante la transición presidencial. Durante este tiempo, la primera dama invita a la esposa del presidente electo a recorrer las habitaciones privadas y revisar los planos de la Casa Blanca, así como de la colección de arte para que se pueda escoger la decoración que llevará la mansión ejecutiva. Este será un hecho histórico, ya que, Melania no invitó a Jill tras las elecciones generales de 2020.
Invitación declinada
Recientemente la actual primera dama, Jill Biden, invitó a Melania Trump a visitar la Casa Blanca durante la reunión que Donald Trump y Joe Biden sostuvieron el pasado 13 de noviembre. Sin embargo, la esposa de Donald Trump declinó la invitación, a lo que el equipo de comunicación presidencial aseguró “La señora Trump no asistirá a la reunión de hoy en la Casa Blanca. El regreso de su marido a la Oficina Oval para iniciar el proceso de transición es alentador y le desea mucho éxito”.
Mrs. Trump will not be attending today’s meeting at the White House. Her husband’s return to the Oval Office to commence the transition process is encouraging, and she wishes him great success.
In this instance, several unnamed sources in the media continue to provide false,…— Office of Melania Trump (@OfficeofMelania) November 13, 2024
En tanto, Jill Biden se unió a su esposo para recibir a Donald Trump en la Casa Blanca, en donde le entregó una nota dirigida a su esposa expresando “la disponibilidad de su equipo para asistir en la transición”. En tanto, se resaltó que se mantendrá una transición pacífica.
Papel de la primera dama
El rol de la primera dama no está descrito en la Constitución de Estados Unidos como lo está el cargo de presidente, tomando en cuenta que no es un puesto electo y sin un salario designado. Sin embargo, por el impacto y trabajo en pro del país, durante los años su posición ha evolucionado a ser una de alta influencia por la cercanía con el presidente.
Rosalynn Carter, primera dama de 1977 a 1981 fue la primera en tener su propia oficina en el Ala Este de la Casa Blanca, estableciendo así la “Oficina de la Primera Dama”. Esta oficina opera bajo la Oficina Ejecutiva del Presidente y es financiada por el presupuesto asignado. Años antes, su papel tenía un rol ceremonial, con el tiempo reflejó el cambio del papel de la mujer en la sociedad, algunas han sobresalido en su aporte a la educación y salud.