Las recientes declaraciones del expresidente estadounidense Donald Trump, quien propuso imponer un impuesto del 3.5% a las remesas enviadas desde Estados Unidos, han encendido las alarmas entre las autoridades económicas de Guatemala.
Según estimaciones del Banco de Guatemala (Banguat), esta medida podría representar una pérdida anual de US$860 millones, equivalentes al 0.5% del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Johny Gramajo Marroquín, gerente económico del Banguat, señaló que aunque el efecto macroeconómico no sería considerado “sustancial”, el impacto social sería significativo, especialmente para el 30% de los hogares que dependen exclusivamente de las remesas familiares como único ingreso.
“Un 3.5% implica al menos 860 millones de dólares, esto es 0.5 % del Producto Interno Bruto. El efecto macroeconómico no sería sustancial, pero recordemos que las remesas familiares tienen un efecto económico, y también un efecto social”, enfatizó Gramajo.

Las familias más vulnerables, las más afectadas
El funcionario explicó que si bien en anteriores ocasiones los migrantes han asumido costos adicionales de envío de remesas, este nuevo impuesto podría representar una carga mayor. Además, el tributo afectaría directamente al 95% de la población hispana en Estados Unidos, dado que solo los ciudadanos estadounidenses estarían exentos.
“Sí hemos visto en el pasado que, en la medida de sus posibilidades, el inmigrante absorbe el costo adicional. Pero el efecto social en Guatemala sería profundo”, agregó Gramajo.
Pese a esta amenaza, las proyecciones del Banguat para el cierre de 2025 mantienen cierto optimismo: se espera que las remesas crezcan un 10%, superando el 8.6% registrado en 2024. Sin embargo, la eventual aprobación del impuesto por parte del Senado de Estados Unidos podría alterar ese panorama.
Las remesas enviadas por guatemaltecos en el extranjero —principalmente desde EE. UU.— constituyen uno de los pilares de la economía nacional. Según datos oficiales, en 2024 las remesas superaron los US$19,000 millones, y benefician a millones de familias en zonas urbanas y rurales del país.

Un debate que trasciende lo económico
Especialistas han subrayado que más allá del impacto económico directo, la discusión sobre este impuesto debe considerar los efectos en cohesión social, seguridad alimentaria y educación, ya que muchas familias usan este ingreso para cubrir necesidades básicas.
El gobierno de Guatemala aún no ha emitido una postura oficial sobre la propuesta de Trump, pero se espera que las autoridades diplomáticas inicien gestiones para proteger los intereses de los connacionales en el extranjero.