El humo es blanco, hay papa: los cardenales reunidos en la Capilla Sixtina llegaron este jueves a un acuerdo sobre quién será el próximo líder espiritual de 1.400 millones de católicos en el mundo y sucesor del argentino Francisco.
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— Vatican News (@vaticannews_pt) May 8, 2025
“Es una sensación increíble”, dijo Joseph Brian, un cocinero norirlandés de 39 años que viajó a Roma con su madre, de 73 años, para presenciar la elección papal. “No soy demasiado religioso, pero estar aquí con toda esta gente me ha dejado alucinado”.
Las millas de personas congregadas en la plaza ondeaban banderas de Brasil, Chile, Polonia, Colombia, Italia; algunos lloraban. Muchos llegaban corriendo para unirse a la celebración.
Bruna Hodara, una brasileña de 41 años de Porto Alegre, grabó con su celular la fumata blanca que irrumpió en el soleado cielo de Roma hacia las 18H08 (16H08 GMT). “¡Habemus papam, bien!”, celebró.
Todas las miradas están puestas ahora en el balcón de la iglesia más grande del mundo para conocer la identidad del 267º pontífice, que sucederá al primer pontífice latinoamericano.
En los próximos minutos, el cardenal protodiácono, el francés Dominique Mamberti, desvelará su nombre con el anuncio “Habemus papam”, antes de que el nuevo pontífice imparta su bendición “urbi et orbi” (A la ciudad y al mundo).
También se conocerá el nombre con el que reinará.

Dos días de votación
Los llamados “príncipes de la Iglesia” necesitaron dos días para elegir al nuevo papa, al igual que en 2005, cuando escogieron a Benedicto XVI, y en 2013, con Francisco.
El pontífice argentino, fallecido el 21 de abril a los 88 años, encabezó la Iglesia por 12 años con un pontificado reformista enfocado en los pobres y los migrantes, pero fue blanco de críticas entre los sectores más conservadores, que apuestan ahora por un cambio más enfocado en la doctrina.
Su sucesor enfrentará numerosos desafíos internos, como la pederastia en la Iglesia, la crisis de vocaciones y el papel de las mujeres, y externos, como los conflictos, el auge de gobiernos populistas y la crisis climática.
Su nombre surgió del mayor y más cónclave internacional de la Historia de la Iglesia, que reunió en la Capilla Sixtina a 133 cardenales electores procedentes de cinco continentes y unos 70 países.
Aunque los detalles de la elección permanecerán en secreto, salvo que el nuevo papa decida lo contrario, lo único seguro es que obtuvo al menos dos tercios de los votos para ser elegido.

Sala de las Lágrimas
Tras su elección, la tradición establece que el flamante sumo pontífice entre en la Sala de las Lágrimas, ubicada al fondo de la Capilla Sixtina, para poder llorar ante la magnitud de la tarea que le espera.
Allí viste su primera sotana blanca entre las tres tallas disponibles y, antes de dirigirse al balcón de la logia de la basílica para presentarse, los cardenales le prometen obediencia.
En los próximos días, tendrá una especie de investidura papal con una misa celebrada ante líderes políticos y religiosos de todo el mundo.
Además, recorrerá la plaza de San Pedro en el papamóvil por primera vez y pronunciará una homilía en la que expondrá sus prioridades.

Pastor o diplomático
La elección ocurre en medio de gran incertidumbre geopolítica, lo que, según expertos, fue un tema clave en la votación.
Francisco creó el 80% de los cardenales que participarán en el cónclave, pero eso no era garantía de un continuismo de su pontificado.
La principal incertidumbre es si los cardenales eligieron a un pastor o un diplomático, a un liberal o un conservador, alguien formado en la curia –el gobierno de la Iglesia– o un desconocido procedente de las marginadas periféricas.
El decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, llamó en una misa previa al cónclave a “mantener la unidad de la Iglesia” de cara al momento “difícil, complejo y convulso” que enfrentará el futuro pontífice.