Juan Francisco Méndez, un inmigrante guatemalteco sin antecedentes penales, fue detenido violentamente por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en New Bedford, Massachusetts, en un operativo que ha generado indignación en redes sociales y entre defensores de los derechos de los inmigrantes.
Los hechos ocurrieron el pasado viernes en el vecindario de West End, cerca de las calles Summer y Mill. Un video grabado por testigos muestra el momento en que varios agentes rodean un automóvil gris con Juan Francisco y una mujer en su interior. Tras varios intentos por convencerlo de salir del vehículo, los agentes rompen la ventana del lado del conductor y lo sacan por la fuerza, mientras la mujer grita desesperadamente.
De acuerdo con ICE, Méndez tenía una orden final de deportación vigente y fue arrestado en el marco de una operación dirigida. El inmigrante se encuentra actualmente bajo custodia en espera de ser deportado.
ICE agents smashed the window of a Guatemalan migrant’s car and took him to an unknown location. Juan Francisco Mendez, 29, has no criminal record. When asked if they had a warrant to search the vehicle, the agents stayed silent. pic.twitter.com/vjlA0qpASM
— red. (@redstreamnet) April 16, 2025
No obstante, medios como Boston.com reportaron que Méndez no tiene antecedentes criminales y que es un trabajador respetado en la comunidad. Esto ha encendido las alarmas entre activistas y autoridades locales.
“Fue muy traumático. Es alguien que trabaja, que es parte de esta comunidad y no representa una amenaza”, expresó una defensora local. El alcalde de New Bedford, Jon Mitchell, aseguró que su oficina no fue notificada previamente sobre la operación y calificó el incidente como preocupante.
Rechazo al operativo contra inmigrante guatemalteco
Organizaciones proinmigrantes han solicitado una investigación sobre el uso excesivo de la fuerza por parte de ICE y piden que se respete la dignidad de los inmigrantes, especialmente aquellos que no representan un riesgo para la seguridad pública.
Este caso reaviva el debate sobre las tácticas de inmigración en Estados Unidos y la necesidad de reformas que prioricen el trato humano y justo para los más de 11 millones de inmigrantes que residen en el país.